Si vienes de los bloques anteriores, ya sabrás cómo se estructuran los alimentos y qué función tienen en nuestro cuerpo, de no ser así te recomendamos que te los leas bien antes de ir al siguiente paso.
¿Con toda la información que tenemos ahora, como la traducimos al plato?
Ya tenemos los grandes pilares de la alimentación establecidos, pero, y todo esto, ¿Cómo lo traducimos en nuestro día? Antes que nada tenemos que recalcar el que hemos dicho a bloques anteriores, cada persona es un mundo y tiene una situación y un contexto específico, esto hace que no haya una dieta mágica que nos pueda servir a todos del mismo modo o con los mismos resultados. Pero sí que hay unas pautas genéricas que todo el mundo puede seguir para mejorar su estilo de vida.
A continuación veremos algunos consejos que te pueden ayudar a controlar mejor lo que comes y a mantener una alimentación equilibrada y sana.
Come variado. Puede parecer una tontería, pero no te límites a las comidas cómodas que llevas haciendo toda la vida, descubre alimentos, ponle colores y sabores nuevos al plato y disfruta de comer sano.
Ten una alimentación completa. Es importante que en nuestro día a día y en nuestras comidas aparezcan todos los grupos de alimentos que hemos mencionado antes.
Controla las cantidades. Y esto no solo vale para la persona que intenta bajar de peso, controlar las cantidades de lo que comes te ayudará a hacerte una idea de tus necesidades y con práctica podrás ir aprendiendo a regularte tú mismo/a el día que salgas a comer fuera, en época de fiestas, o la misma semana.
Disfruta de la hora de comida. Muchas personas, durante las comidas, sea por prisa o por costumbre, tienden a estar haciendo otras cosas como mirar la televisión, chatear con el móvil, etc. Ser consciente de lo que estás comiendo te ayudará a no pasarte de la raya y además, al tener en mente lo que estamos comiendo hará que el cerebro nos proporcione esa sensación de saciedad para no seguir comiendo sin hambre.
Elige el método de cocina adecuado. Una buena alimentación pasa también por la cocina, saber cómo cocinar los alimentos, reducir el consumo de fritos, comidas preparadas y pastelería industrial nos ayudará a reducir el consumo de grasas trans y los excesos.
Programa bien tu día a día. Es importante tener un horario bien organizado para poder gestionar el tiempo de manera adecuada y no tener que correr e improvisar platos rápidos y muchas veces no muy nutritivos.
Adapta la dieta a tu gusto. Una dieta no tiene que ser restrictiva, dejarte con hambre ni la tienes que hacer a disgusto. Tienes que disfrutar del proceso igual que de los resultados y es por eso que desde Aiguajoc recomendamos la supervisión de un profesional en la hora de buscar ayuda dietética.